Pues eso me paso a mi, te cuento .
Este viaje, Parkinson, te salio de nota "matricula", y me partiste la cara, o mejor dicho la barbilla, de donde la sangre salia y corría entre la barba hacia el cuello. Pero lo doloroso, era la mano derecha, pues al caer fue otro punto de apoyo, con una pose rara por torcida y rota, el mango del bastón también roto y la compra esparcida por la calle, eso si , la gente corrió para ayudarme a levantar y recogerme la compra.
Tengo que decir claramente que son una VERGUENZA, si señor, una vergüenza, les hacia el alto y paraban, pero al verme con sangre y temblando se volvia a ir, asi hasta cinco. No pude ni decirles que simplemente tengo Parkinson, que no soy un delincuente, ni estaba borracho.
Fdo.
Tomás Aznar Alba
Estamos en una sociedad llena de desconfianza y peligros. ¿Y que ocurre a consecuencia de ésto? Que pagan justos por pecadores. Y tal y como está la cosa hoy en día, siento decirte, que entiendo ambas partes (yo si condujera me daría miedo recoger a autoestopistas, por ejemplo); aunque estos taxistas también... han de ser inútiles para no darse cuenta de que, como tu ha dicho, no eres ni un drogadicto ni un borracho, sino simplemente que has tenido un accidente.
ResponderEliminarMe parece bien lo de la denuncia, lástima si no has cogido (o eso creo) la matricula de los 4 taxistas que no pararon.
¡Muchos ánimos, Tomás! Te queremos un montón, ¡lo sabes!
HOla me llamo Pilar y comprendo tu enfado e indignación porque yo también lo viví en mis 30 y pico años con el parkinson de mis cincuenta de edad innumerables veces. En una ocasión me puse of viniendo con mi hija que iba con patines en plena avenida antiguo reino de Valencia a las 7 de la tarde, por aquel entonces no tenía móvil y me tuve que sentar en un portal a esperar que se pasara porque mis of son de mucho temblor y perdida de equilibrio, paseaba mucha gente por la calle con sus perros y yo temblando con mi hija llorando al lado porque se hacía de noche y veía que no podíamos irnos, nadie se me acercó al contrario al verme temblar se alejaban como si tuviera la lepra, yo quería pedirles por favor que simplemente me ayudaran a parar un taxi y una vez dentro ya me apañaría yo pero hasta las 9 de la noche que cansada de ver como miraban y se iban a la otra punta de la acera le dije a mi hija que mirara a ver si veía una cabina de teléfonos y gracias al cielo había una cerca asi que con 6 años y como pudo llamó a su papá y le explico donde estábamos para que viniera a recogernos, si es por la gente aun estoy allí
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